lunes, 9 de noviembre de 2009

La existencia es una aventura, y es emocionante cuando ves la vida como eterno aprendizaje, que no tiene rumbos asignados, más que los que uno planea. Muchos creen que el destino ya está trazado, pero, ¿de qué servirían el dolor, el amor, la felicidad, la tristeza, si todo ya estuviera escrito?...
No servirían como lecciones y las experiencias no tendrían sentido
Todo lo que hacemos va trasformandonos,
nos va haciendo crecer.